Reseña Histórica

Esta Institución Educativa, como casi todo lo grande que se funda en nuestra comarca, nace de la necesidad sentida por la clase trabajadora y sobre todo por la mujer ipialeña que carecía en aquella época de la posibilidad de continuar sus estudios de bachillerato en un colegio que fuera del Estado, pues este derecho solo lo tenían aquellas niñas que podían pagar sus estudios en la única institución femenina que era de carácter privado.


Fue así como en el año de 1960, políticos y personajes influyentes de nuestra ciudad como el Dr. Diógenes Portilla Urresta, diputado por el partido liberal y presidente de la Asamblea Departamental, quien al decir del historiador Vicente Cortés Moreno, argumentó con estas palabras la necesidad expresa de fundar un colegio femenino en Ipiales: “La mujer no solo debe educarse en valores, sino con el valor de servir a la sociedad” y luego añade “una mujer educada nunca tendrá hijos ignorantes”. Sus palabras y gestiones hicieron eco y recibió el respaldo incondicional del senador liberal ipialeño Ulpiano Rueda la Rota y de los diputados conservadores Pastor Viveros y Pedro Nel Montenegro.


El departamento expide la ordenanza N.º 6 del 19 de octubre de 1961, por la cual se creaba en Ipiales un colegio de bachillerato femenino, el cual se denominaría “Colegio Femenino Ciudad de Ipiales”, este iniciaría labores en el año lectivo de 1962. En constancia firma la ordenanza Carlos Moncayo Quiñones, gobernador; Alfonso M. Santacruz, secretario de hacienda y José María Trujillo, secretario de educación departamental.


Se ordena al supervisor escolar Francisco Portilla licitar un local para su funcionamiento y seleccionar al profesorado que prestaría la noble labor de educar. Se nombra como primera rectora a la tuquerreña, Señorita Mélida Cerón Mora, como secretaria habilitada a la educadora ipialeña Señora Marina Ruiz de Cabrera y como docente a la Señora Marina de Jaramillo; junto a ellas completan el cuerpo docente, personajes altruistas como los presbíteros Humberto Ortega, Antonio Gallardo, Manuel Dolores Chamorro, el Dr. Cástulo Cisneros Mora, Luis Felipe Revelo, Pedro Obando, Yolanda Piedrahita de Calderón, el docente ecuatoriano José Lima, Mery Dávila y Graciela fuertes, entre otros, quienes con la venta de empanadas, bazares, rifas y donaciones consiguen el material didáctico e inician sus labores en una casona facilitada gratuitamente por el señor Célimo Lucero. En años posteriores se arrendaron diversas casonas del centro de la ciudad y hasta el parque 20 de julio sirvió de aula para enseñar. La necesidad de conseguir un terreno propio era urgente, por ello la junta de padres de familia liderada por Marcelo Miranda, Luis Alfonso Garzón, Hortensio Erazo Chacón y Fernando Bastidas, con infinidad de actividades y cuotas recaudadas por los padres de familia, más una partida de $145.000 conseguida por los senadores Ulpiano Rueda la Rota y Nelson Miranda, sirvieron para comprar el lote en donde funciona actualmente la institución.


En el año de 1970, bajo la rectoría de la Lic. Clara Inés Alvares, para orgullo y satisfacción del pueblo ipialeño se hace entrega de la primera promoción de bachilleres del Colegio Femenino Ciudad de Ipiales. La lucha por los menos favorecidos siempre fue y es uno de los motores que mueven la razón de ser de nuestra institución, en este caso, la de los adultos trabajadores que reclamaban su derecho a estudiar, mueve la solidaridad de la tercera rectora la Lic. Martha Guzmán de Burgos y del delegado del MEN Mag. Emilio Burgos López, a gestionar ante las autoridades departamentales para que se implementara la jornada del bachillerato nocturno. Fue así que mediante resolución N.º 169 y decreto N.º 506 de septiembre de 1968 se crea el Colegio Nocturno Ciudad de Ipiales. En el mes de octubre del mismo año, entra en funcionamiento con 150 estudiantes adultos en la vieja edificación donada por la familia Luna Zambrano a los hermanos Marista y que estos arrendaban al Colegio Femenino Ciudad de Ipiales.

Posteriormente, en octubre de 1972 la Secretaría de Educación Departamental convirtió la jornada nocturna en un nuevo colegio al nombrar como primer rector al Lic. Cesar Alexander Parra. El 27 de febrero de 1975 se expide la primera aprobación para que funcionar el Colegio Nocturno Ciudad de Ipiales y en ese mismo año se gradúa la primera promoción.


La miopía, la negligencia o quizás la desidia de nuestra clase política municipal y departamental hace caso omiso al clamor de la comunidad educativa de este colegio, ante la manifiesta necesidad de contar con una planta física propia y adecuada. Este hecho lleva a padres de familia, docentes y estudiantes de la jornada nocturna y por iniciativa del Lic. Otto Javier Burbano y el respaldo de la cuarta rectora la Lic. Flor de María Martínez a diseñar una estrategia audaz, propia de cuentos o novelas. Deciden entonces “tomarse la vieja edificación abandonada por el Colegio Nacional Sucre ubicada en la calle 15 con carrera 7ª”. Esta acción dio origen a fuertes roces entre las comunidades educativas de los dos colegios, lo cual generó hechos de orden público, que obligó a las autoridades a intervenir y a nombrar un comité cívico para que viajara a Bogotá a exponer el problema ante el ministro de educación Dr. Luis Carlos Galán.


Los argumentos expuestos por el presbítero Manuel Dolores Chamorro, el Lic. Otto Javier Burbano y el educador Julio Enrique Pinchao, fueron suficientes para que el ministro fallara a favor del Colegio Femenino Ciudad de Ipiales, para que pudiese mantenerse en el lugar hasta que se construya la nueva edificación.


Corría el año de 1977. Bajo la dirección del rector encargado, Magister Ignacio Revelo Obando, se logra unificar los dos colegios y por medio del decreto departamental N.º 541 de agosto de 1977 se da vida a un nuevo colegio con la denominación de Colegio Integrado Ciudad de Ipiales, nombre que tal vez nunca debió quitarse.


Ante una nueva crisis administrativa, las autoridades departamentales nombran como rector al Lic. Modesto Marthos, quien dirige todos sus esfuerzos a conformar una nueva junta cívica para la construcción de la nueva sede, liderada por él mismo, el gobernador Carlos albornoz, el Lic. Manuel Chamorro Moreno, el padre Manuel Chamorro Guerrero, el padre de familia Héctor Castro y el representante estudiantil Francisco Javier Garzón Almeida; de igual manera, se compromete al alcalde Lucio Ortega para que en el discurso de bienvenida al presidente Julio Cesar Turbay, exponga como prioritario el problema. Este hecho hizo que el ministro Luis Carlos Galán se comprometiera en gestionar las partidas necesarias para construir la nueva sede. Ante la tardanza en designar recursos del gobierno central, la comunidad CICI, batalladora y beligerante, realiza varias acciones como paros cívicos y tomas del puente de Rumichaca. El comité cívico realiza una huelga de hambre en las propias oficinas del Instituto de Construcciones Escolares ICCE en Bogotá, la cual no se abandona hasta conseguir por fin una partida de $32.000.000, con la cual se da inicio a la construcción de la nueva sede.


Cabe destacar que el nuevo rector, Modestho Marthos, avizoró una nueva problemática: la falta de cobertura. Antes de recibir la nueva planta física presiona al gobierno departamental para crear la jornada de la tarde y en el año de 1982 se crea la segunda jornada bajo la coordinación del Lic. Humberto Mallama. El 24 de junio de 1983 el gobernador Carlos Albornoz hace entrega a nombre del gobierno nacional de la nueva planta física a la comunidad educativa.


Pasaron 21 años de funcionamiento y tras arduas luchas, con nuevos paros y tomas del puente de Rumichaca, para que el gobierno nacional en el año de 1983 se hiciera cargo de toda la planta de personal y por fin se consiga su nacionalización. Pero faltaba un hijo por nacer y fue así como por iniciativa de las y los estudiantes de preescolar de la Institución de Estudios Superiores María Goretti de Pasto, Patricia Obando, Liliana Mallama (exalumna del colegio) y Patricia Guerrero, presentan a las directivas el proyecto de creación de un preescolar anexo al Colegio Integrado Ciudad de Ipiales. El rector Modestho Marthos lo acoge, le da viabilidad y se pone en funcionamiento en la vieja casona de la calle 15, el nuevo preescolar llamado Jardín Infantil Ciudad de la Alegría, el cual es anexo al colegio pero tiene carácter privado.


La excelente preparación de estos pequeñines lleva a los padres de familia a solicitar al rector y a las autoridades educativas municipales y departamentales, para que se permitiera la creación de la sección básica primaria, hecho que se pudo cristalizar y se puso en funcionamiento el grado primero, luego segundo, hasta llegar al grado quinto de básica primaria. Las visitas de aprobación de estudios realizadas por las autoridades de educación departamental otorgan excelentes puntajes para las dos secciones: preescolar con 98.5 y básica primaria con 97.3, resultados nunca antes alcanzados por institución alguna en Ipiales. Esto lleva a las autoridades educativas y al gobierno municipal, lideraras por el alcalde Dr. Eduardo Realpe Chamorro, a acoger el proyecto de construcción de una nueva planta física, expuesto por la junta de padres de familia teniendo como sus representantes al Ing. Porfirio Rosero, al Ing. Álvaro Chamorro Valencia y al Lic. Julio Pantoja, entre otros. El alcalde se comprometió y como estímulo al esfuerzo realizado por la comunidad educativa de las secciones preescolar y primaria, se compra el lote aledaño a la sección bachillerato, se construye una moderna edificación y en el año de 1993, se hace entrega al rector Esp. Juan José Portilla y la comunidad educativa esta nueva planta física.


Cabe destacar que durante sus quince años de funcionamiento semiprivado, estas secciones sobresalieron por su excelente nivel educativo, y por liderar proyectos con el respaldo incondicional de la comunidad educativa; fuimos los primeros en tener docentes de inglés, informática y educación física, fuimos los primeros en contar con aula de informática para niños, fuimos los primeros en contar con las escuelas de formación deportiva, artística y social (EFDAS) y la tuna infantil, que luego daría origen a la escuela de música, se crea la primer olimpiada de padres de familia y el primer festival cultural de padres de familia, por nombrar algunos, esto le dio gran nombre a nuestra institución.


En el año de 1999 se nombra como nuevo rector al Esp. Fabio Manuel Chamorro Moreno, oriundo de Pupiales, la cuna del pensamiento. Él se encarga de líder una época dorada para la institución, logra integrar todas las secciones y jornadas, desarrolla programas integrales de mejoramiento, nombra un comité permanente de planeamiento pedagógico y se define con este una línea y una corriente pedagógica que sea el faro institucional, se reconceptualiza el PEI, se moderniza la sala de informática para bachillerato y nace la semana de la creatividad y la cultura CICI. Además, se consigue una partida de $250.000.000 para iniciar la construcción del coliseo cubierto y el Lic. Marco Tulio Portilla presenta una propuesta de himno institucional, la cual se analiza, se hacen algunos ajustes y se adopta como símbolo institucional, pues el primer himno creado por el poeta Florentino Bustos fue imposible rescatarlo.


En el año 2002 se hace efectiva la oficialización de las secciones preescolar y primaria y de esta manera se da paso a una nueva etapa en la vida institucional. En el año 2005 renuncia a la rectoría y es reemplazado por el Esp. Edgar Cepeda Cárdenas, quien da continuidad a algunos de los proyectos, realiza mejoras en la parte locativa, moderniza equipos de oficina y sistemas, logra posicionar a la institución entre las dos mejores del municipio, se obtiene premios Andrés Bello y varios estudiantes logran ingresar a prestigiosas universidades del país. Con el apoyo de algunos docentes se trabajan proyectos que, en calidad de contraprestación, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) construye un nuevo y moderno bloque para los grados décimos y undécimos. Los proyectos presentados y sustentados son compilados por la OIM y junto con otros municipios de Nariño y Putumayo se edita un libro el cual se lanza en Bogotá y se distribuye a filiales de la organización en todo mundo. Se apoya y enaltece los proyectos culturales, deportivos y sociales y es destacada su participación permanente en el Carnaval multicolor de la frontera.


En el año 2013 llega como rector el Mag. Álvaro German Flórez Rosero, quien con tesón y quizás mucha tozudez, inicia un proceso de cambio estructural en la institución, dando un giro completo en materia organizacional, destacándose, además, su permanente preocupación por optimizar el tiempo y alcanzar la excelencia en materia pedagógica, reconceptualizando los procesos académicos para ajustarlos a las nuevas exigencias del MEN y del contexto institucional, con absoluta visión de futuro. Nuestro rector viene liderando procesos de modernización en las aulas de sistemas, la creación y dotación de aulas inteligentes para primaria y bachillerato, el aprovechamiento de diferentes técnicas y estrategias tecnológicas que vayan en favor de mejorar el proceso de construcción del conocimiento en los estudiantes.

En la actualidad, logra incluir a nuestra institución en el proceso de construcción de un nuevo bloque que será destinado a la parte administrativa y a algunas aulas de clase con los requerimientos de acuerdo con necesidades institucionales y a estándares nacionales. Está en proceso de construcción de un plan que racionalice los espacios vitales, pedagógicos, deportivos y de bienestar institucional coherente con los requerimientos de una institución que proyecta su liderazgo a nivel local, regional y nacional.


Como se puede notar, desde sus inicios y hoy una visión prospectiva, la Institución Educativa Ciudad de Ipiales es un establecimiento en permanente cambio, contestatario y beligerante con razón, no excluyente, con sensibilidad social, atento a la dialéctica del momento, presto a intervenir en la construcción de un nuevo ser humano y una nueva sociedad, en donde los valores primen sobre lo material; orientador de una comunidad educativa que se enorgullezca y valore su pasado como pilar fundamental en la construcción de presentes y futuros prósperos, ayer y hoy forjador de caminos de excelencia; líder en la formación de ciudadanos cuidadosos de la naturaleza, pero sobre todo, respetuosos de los derechos de los demás y arquitectos autónomos de su futuro que es, al fin y al cabo, el futuro de esta sociedad.