Cómo Escribir una Publicación

  1. Escribe siempre para alguien. Hacerlo con alguien en la cabeza siempre viene bien y ayuda a que el resultado sea el óptimo. Las personas, una vez definidas, vienen muy bien. Quienes te leen: ¿Cómo han llegado hasta aquí y qué esperan de tus textos?
  2. El mensaje. Pulirlo es clave desde la primera idea. Decide qué vas a contar y cómo en primerísimo lugar.
  3. Hacer una publicación es iniciar una conversación. Trata de escribir como si estuvieras hablando, prueba a seguir los mismos pasos. Lo importante es que, una vez escrito, al leerlo, suene natural, como una conversación cualquiera. Y si no es así, hay que hacer cambios. Léelo en voz alta si lo necesitas.
  4. Hazlo único. Nadie es igual a nadie. Ninguna experiencia personal, ni profesional, es igual a la de nadie, así que parte de que es posible: tu contenido, de base, es único, haz que lo sea.
  5. Exprésate claramente y hazlo simple. Los rodeos no llevan tan directamente a ningún sitio. Es mejor evitarlos. Las palabras rebuscadas tampoco ayudan, utiliza expresiones y palabras sencillas.
  6. Quien mucho abarca… Poco aprieta, está claro. Es mejor afinar en los temas a tratar y acotar. Diversificar está bien mientras lo hagamos con límites. Si nos vamos excesivamente de los límites, corremos el riesgo de perdernos.
  7. Cuidado con los desvíos. No es buena idea desviarnos en exceso de nuestro camino para transmitir una serie de ideas, lo mejor es respetarlo. Sin grandes cambios a última hora.
  8. Títulos y subtítulos. Si te ganas un lector, te lo ganas en el título, si no, lo habrás perdido para siempre. Los subtítulos son igual de imprescindibles. Hacen falta para mantener un hilo que lleve justo a donde tú quieres. Sobre el título, hay una regla clara: jamás lo coloques antes de escribir, o coloca uno temporal. Matiza cada uno de los detalles al final, el título incluido.
  9. Negritas, cursivas y otras cuestiones de formato. Ayudan y nunca vienen mal para que, a la hora de hacer un recorrido exhaustivo por el post, nos resulte más fácil y agradable.
  10. Rupturas. En una conversación una buena gestión de los silencios es casi tan importante como la de la palabra. En una publicación, los blancos son igual de importantes que las palabras. Haz buen uso de los párrafos. No se entiende igual un rollo infernal hecho bloque de texto indigesto que un texto bien estructurado por párrafos. Lo suyo es que el resultado, a grandes rasgos, incluya grandes espacios en blanco
  11. Citas, frases importantes y/o impactantes. Intercalar frases puede ayudar en la organización del contenido que ofreces y dar forma a tu mensaje. Evítalas si no lo hacen.
  12. Ahorra tiempo a tus lectores. Si la publicación se puede ver de un vistazo breve, está bien estructurada y si, por el contrario, lleva su tiempo entenderlo de principio a fin, quizás se pueda mejorar.
  13. Las listas funcionan genial. Y no es un secreto para nadie. Enumerar organiza el contenido y esto sucede exactamente igual con un mensaje contado de forma oral. Se transmite y llega mejor.
  14. Practicidad. Busca lo que resulte útil a la persona o las personas para las que escribes.
  15. Imágenes. Porque el escribir publicaciones con estilo también abarca el arte de saber elegir las imágenes con las que vas a ilustrarlos (no todo el mundo tiene este don natural, pero la buena noticia es que puede entrenarse, o siempre puedes «asociarte» con alguien que sí lo tenga y te asesore, claro).
  16. El hilo y la consistencia. Escribe siempre en pro de seguir un hilo y la consistencia de tu historia. Por ejemplo, no puedes estar siguiendo un hilo ni esperar que lo siga nadie si no abres con una introducción y cierras con una conclusión. Estos dos pasos, los hagas como los hagas y sea la publicación del tipo que sea, debes darlos.
  17. Revisa y edita. Este punto, por último no es menos importante ni por asomo. Repasa cada mensaje y pregúntate si no hay una manera mejor de contarlo. Si la hay, hazlo. Es más sencillo escribir todo lo que tenga en la cabeza y darle forma a posteriori. Debes encontrar la fórmula que te sea más cómoda a ti, personalmente.